Manuel
Gómez Granados. De nada sirve decirse demócrata, pregonar las virtudes de la democracia
y alabar a quienes son ejemplo de ella, si no se está dispuesto a correr los
riesgos de practicarla.
El
requisito de la democracia es la libertad. No puede elegir democráticamente
quien no es libre. Pretender eso, es regresar a la simulación que los mexicanos
rechazamos en el año 2000.
Mañana,
los militantes del Partido Acción Nacional tendrán la oportunidad de refrendar
sus convicciones democráticas o bien obedecer consignas: elegirán a su
candidato a la Presidencia de la República, y pueden hacerlo libremente o bien
haciendo lo que otros les manden.
Es
una pena que este proceso, a decir de ellos mismos, esté marcado por presiones, descalificaciones e
intentos para limitar la libertad de elegir. Lo más grave es que los militantes
del PAN, que en otras épocas han dado ejemplo en sus procesos internos para
seleccionar a sus candidatos, ahora se muestren comprando votos, amenazando y
hasta calumniando. Lejos de ser el ejemplo que todos los partidos deberían
seguir, el PAN se lastima a sí mismo con esas actitudes. Como sea, los plazos
son fatales, y mañana habrán de elegir a
quien representará al PAN en la elección constitucional.
Dadas
las opciones presentes, es claro que los militantes del PAN prefieren a
Josefina Vázquez Mota, lo dicen todas las encuestas. El margen de preferencia
es abrumador, oscila entre el dos a uno y hasta el cinco a uno, según el
criterio con el que se mida. No es sólo popularidad, pues cualquiera sabe que
Josefina nunca ha recurrido al culto a la personalidad. Lejos de ello, la
confianza que miles de panistas y ciudadanos comunes le expresan es resultado
de años de servicio público, de honestidad, de capacidad para lograr acuerdos y
de su disposición a cumplir siempre su palabra.
Josefina,
como secretaria de Desarrollo Social acompañó y apoyó a las víctimas de los
desastres naturales, promovió políticas públicas eficaces en el combate a la
pobreza, rompiendo incluso con una política social clientelar. En la SEP
impulsó la educación de calidad, aún contra fuerzas muy poderosas. En la Cámara
de Diputados, demostró su capacidad para lograr acuerdos, a pesar de contar con
minoría.
Vázquez
Mota goza de gran prestigio y una gran trayectoria como funcionaria y panista,
y es una ciudadana reconocida por las organizaciones de la sociedad civil. Su
prestigio profesional, su lucha por un México mejor y sus talentos, la
hacen la mejor candidata del PAN para la
elección constitucional de julio próximo, y la única que puede competir
realmente con los candidatos del PRI o del PRD. En un país que se caracteriza
por el ataque, la calumnia barata y las descalificaciones, Josefina garantiza
que, al menos de su parte, las campañas no sean ejercicios de ataque o
desprestigio de sus adversarios, sino espacios de reflexión que permitan
encontrar el mejor camino y las mejores personas para resolver los problemas
que México enfrenta hoy.
Ojalá
que los panistas voten y voten libremente, sin importar las presiones o las
amenazas. Ojalá que el PAN se posicione nuevamente fiel a sus principios, a su
tradición y sus prácticas democráticas. No hacerlo dañaría no sólo a Josefina y
el proyecto que ella representa, sino al PAN y al país en su conjunto, porque,
¿cómo se podría explicar que la que va adelante en todas las encuestas no gane
en la primera vuelta de la votación?
*Analista
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