Manuel Gómez Granados.
La Crónica de Hoy.
Domingo 2 de septiembre de 2012.
Hoy domingo,
salvo que algo muy grave ocurra, será el primer día en que los candidatos
republicanos a la presidencia y la vicepresidencia de
harán campaña como tales. La semana
pasada, a pesar de los efectos del huracán Isaac, celebraron su convención y de
ella se pueden destacar algunos datos interesantes.
El más importante de todos es que a los republicanos no les interesa demasiado
hablar con la verdad. Las escaramuzas previas a la campaña, que formalmente
inicia en septiembre, así como los mensajes pronunciados durante la Convención
celebrada en Tampa, demuestran que los republicanos insisten en no incluir en
sus análisis el legado de la presidencia de George W. Bush.
Un dato revelador fue el hecho de que la convención, presidida por un contador
electrónico, daba
de la manera en que la
de ese país crecía mientras se
confirmaba la unción de Mitt Romney como candidato presidencial.
El contador electrónico es un monumental ejemplo de amnesia si se considera que
mucha de esa deuda se creó gracias a la decisión de Bush Jr., al combinar
recortes a los
de quienes tienen mayores ingresos y dos
guerras. Una de ellas, la de Irak, francamente inútil.
Pero no fue la única mentira. Conforme a la tradición política estadunidense,
mientras que Romney se dedicará a presentar las propuestas de la fórmula republicana,
el candidato a vicepresidente, Paul Ryan, se dedicará a atacar los
débiles de sus adversarios.
La primera muestra de la manera en que Ryan asumirá sus responsabilidades como
candidato de
la tuvimos la noche del miércoles 29 de
agosto. Ese día, después de ser ungido como candidato, Ryan lanzó una serie de
ataques contra Barack Obama. Entre esos ataques, lo acusó de haber incumplido
una promesa de campaña.
En 2008, a su paso por Janesville, Wisconsin, Obama habló de la necesidad de
que el gobierno y las empresas hicieran todo lo posible para evitar el
de una planta de General Motors asentada
ahí. La planta cerró en diciembre de ese año, 50 días antes de la toma de
posesión de Obama. A pesar de ello y a pesar de que Obama no se comprometió a
cosa alguna, Ryan lo culpó del cierre
(http://www.huffingtonpost.com/2012/08/30/paul-ryan-address_n_1841819.html). Y
ese fue sólo uno de tantos ataques que distintos medios han difundido en
amplios espacios para preguntarse qué tan lejos
los republicanos en su estrategia de
acusar infundadamente a Obama.
Esta estrategia tiene algún sentido porque aunque Obama recibe buenas
calificaciones en algunos aspectos de su gestión, la realidad es que durante
los cuatro años de su gestión, el desempleo no ha abandonado la frontera del 10
por ciento, y Romney tiene una ligera ventaja sobre Obama cuando se pregunta a
los electores a quién le confían más para conducir la economía de EU.
Esa es una de las razones por las que Obama tuvo para anunciar, en julio, que
otorgaría una amnistía migratoria de dos años a quienes hubieran llegado a
vivir a EU con menos de 13 años, hayan estudiado allá y tengan menos de 31
años. La medida no es una solución definitiva al problema de la migración, pero
ha devuelto la esperanza a cientos de miles de familias divididas, que temen
que algunos de sus miembros sean deportados súbitamente.
Sin embargo, recuperar la simpatía de los latinos no será suficiente para
Obama. Uno de los más graves dilemas que enfrenta es cómo convencer a quienes
le apoyaron en 2008 y, a la vuelta de cuatro años, no han encontrado empleos.
La única ventaja que Obama tiene, además de su carácter más ligero y amable que
el de Romney o Ryan, es el hecho de que, a la derecha de Romney hay un tercer
aspirante a la presidencia. Se trata de Gary Johnson, ex gobernador de Nuevo
México, que como candidato del Partido Libertario (http://www.lp.org/), podría
restarle suficientes votos a Romney para facilitar victorias de Obama en cinco
estados clave (Carolina del Norte, Colorado, Florida, Nevada y Virginia) que
juntos representan 74 votos electorales.
Aunque Johnson no puede ganar las elecciones, tiene cierta viabilidad como
candidato —expresada en las contribuciones que ha recibido de simpatizantes,
que ya suman más de un millón de dólares— porque a pesar de la ferocidad de los
ataques de Ryan, muchos ciudadanos de EU tienen claro que el caos económico que
vive su país en estos días, no es del todo responsabilidad de Obama.
manuelggranados@gmail.com
Enlace: http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=687478
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