Jesús Arturo Torres León.
La fe del pueblo mexicano
La sagrada
imagen de nuestra Señora de Guadalupe, al vestirse de la cultura de los pueblos
Anáhuac, trajo para ellos y para los españoles un mensaje, el cual rápidamente interpretaron
y asimilaron a través de su sagrada imagen, gracias a su conocimiento, no de
las letras sino de figuras y caracteres. Fue desde entonces, la milagrosa
imagen de Santa María de Guadalupe, un libro abierto donde ellos leyeron la
voluntad de la preciosa Señora, misma que se nos urge realizar a todas las
personas de este siglo.
Xanta Malia –Santa María- tres elementos
del códice guadalupano
El rostro de la Virgen: su rostro de
diosa joven y madre niña encarna en sus facciones no al indio, ni al español,
sino al mestizo; síntesis de una nueva raza cósmica. Su mirada con la que
perfectamente a todas partes está mirando refleja, serenidad, ternura y bondad.
Ella se dirige a nosotros con la cabeza inclinada en señal de reverencia y
respeto. Nos mira no como esclavos sino como a hijos muy amados.
El Manto: La cubren de la cabeza a los
pies cuarenta y seis estrellas de ocho puntas que con el centro dan el número
9. Este número recuerda el nacimiento de Quetzalcoatl. Su manto azul semeja al
que usaban los más altos tlatoanime. Las estrellas del manto ocupan la misma
posición que las estrellas del cielo tuvieron en el solsticio de invierno de
1531, año de la aparición.
Moño negro: el moño negro anudado en la
parte superior del vientre anunciaba su maternidad, además de ser indicativo de
ser una mujer noble. El Nican Mopohua así se refiere a ella, como una mujer
noble. Las mujeres indígenas cuando estaban embarazadas se ceñían arriba de la
cintura para dejar libre el abultamiento del vientre.
Peregrinos y fervor
Una
gran marcha de pueblos llegó a la basílica de Guadalupe. Muchas personas
hicieron dos o un día de camino. Comunidades enteras y familias llenas de calor
humano. La carretera de Puebla se vio
llena de luz, pues venían autobuses, coches, camiones de carga adornados y de
luces de colores e imágenes de la Guadalupana. De Toluca innumerables carros
venían en larga fila, las personas alegres por llegar a la casa de la Madre. De
Morelos llegaron autobuses con mantas y singular alegría. Y así todas las avenidas
del DF estaban con peregrinos a paso lento y en paz.
Fue
conmovedor ver como tantas familias salieron a las calles a dar de comer al
peregrino, unos dieron agua de jamaica, otros arroz y frijoles, tortas y muchos
más dieron guisados mexicanos. Se podía ver la sencillez del pueblo peregrino y
la solidaridad de otros más.
De
entre la gran cantidad de personas se abría paso a las personas que iban de
rodillas desde Peralvillo (donde esta la Cruz de la evangelización) hasta los
pies de la Virgencita de Guadalupe. Ellos traen una “manda”, una señora me dijo
que su esposo va de rodillas pues le da las gracias a la Virgen por sanar a su
hija que estuvo grave. El señor iba agotado con tenacidad, sus dos hijos
pequeños le iban poniendo cartones y una cobija para hacerle menos rudo el
trayecto. ¿qué les puede decir uno? Si no darles una frase que los anime.
En
la explanada de la Basílica hubo grupos de danzantes y cantos a la Morenita del
Tepeyac. Tantas familias fueron a pasar
su día y oír misa. Los confesionarios tenían largas filas, en la Eucaristía
decenas de sacerdotes daban la comunión. A cada hora hubo misa y el ambiente
fue de fraternidad. Desde el día 10 hasta hoy día 12 han estado en la Villa
unos 8 millones de personas de más de 300 pueblos.
En
la antigua basílica hubo rezo del rosario y horas santas, en el Pocito la gente
se acercaba a buscar agua bendita y en el Cerrito la gente subió a orar y
contemplar el valle de México. Todos los peregrinos ven a Santa María de
Guadalupe como una madre que espera ver a cada uno de sus hijos.
La
Madre de Guadalupe estuvo para recibir a cada mujer y cada hombre, a cada
familia a cada comunidad, muchos viajaron con el calor del Sol y otros a luz de
la Luna y el frío de la noche. Ella, Santa María de Guadalupe, está en el ayate
revestida del Sol que representa a Dios que está en la Tierra. A los pies de la
Guadalupana está la Luna que representa a México Tenochtitlán. Este día 12, del
mes doce del 2012 ocurrió el milagro que reúne a los pueblos y que vive en las
personas, en sus almas y en la misma sociedad.
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