Excelsior
Sábado 27 de abril de 2013.
Manuel
Gómez Granados.
La tragedia ocurrida en el contexto de la
maratón de Boston ha demostrado varias cosas que involucran a las autoridades,
a los medios y a los ciudadanos comunes. La primera es que combatir al crimen,
incluso al crimen organizado y al
terrorismo criminal, no puede ser visto por las autoridades como un cheque en
blanco para provocar más temor, más angustia, que lo que el crimen organizado
genera por sí mismo.
Más allá de los juicios que se puedan hacer
sobre la manera en que se juzgará a Dzhokhar Tsarnaev, único sobreviviente de
los organizadores del atentado, especialmente en el tema de si se le aplicará o
no la pena de muerte, el gobierno de Estados Unidos, aprovechó todos los
recursos tecnológicos a su alcance, evitó las víctimas colaterales, y presentó al
responsable ante la justicia. Que no hayan existido víctimas “colaterales”, es
resultado de que las autoridades no dispararon de más. Se les podrá acusar de
exagerados, pero no de insensibles.
Esa percepción depende también de que se han
respetado los derechos del único sobreviviente y aunque los padres de los
terroristas descreen y desacreditan el proceso que se le sigue a su hijo
Dzhokhar, ninguno de los hermanos Tsarnaev ha sido humillado públicamente ni durante
los operativos en sí, ni durante las intervenciones públicas de las
autoridades. Lo que es más, las autoridades de EU no han usado ni filtrado
fotografías de los hermanos Tsarnaev muertos o heridos a los medios de
comunicación. Queda claro que respetar los derechos fundamentales de los
responsables de acciones criminales no resta fortaleza, ni credibilidad, ni
capacidad de acción al Estado. Además, impide que el Estado se convierta en
blanco de críticas por los excesos que pudieran cometer los funcionarios
públicos, y hace creíble la compatibilidad entre eficiencia y respeto a toda
persona.
Esto no implica que no hayan ocurrido excesos,
pero se limitaron a un par de medios de comunicación de Nueva York. El New York Daily News ocultó el alcance de los daños causado por los
terroristas y para ello publicó fotos editadas.
Al mismo tiempo, el New York Post, propiedad de Rupert Murdoch, optó por publicar fotos de personas
inocentes como si fueran culpables del bombardeo. Sorprende que en todo Estados Unidos las exageraciones mediáticas fueran
casos muy específicos. Eso habla bien de la responsabilidad de los medios.
Incluso entre los ciudadanos, solamente la red
social Reddit cometió excesos como el mecanismo llamado de “crowd-sourcing”, es
decir, utilizar la intervención de muchas personas en las redes sociales para
dar cuenta de algunos hechos. Usuarios de Reddit acusaron, de manera similar a
como lo hizo The New York Post, a personas inocentes de haber participado en el
bombardeo. Eso también deja ver que además del cuidado que deben exhibir las
autoridades y los medios de comunicación, las redes sociales —es decir— los
usuarios de esas redes, también tienen una responsabilidad que no pueden eludir
al abordar problemas como estas acciones terroristas.
Otra cosa notable fue la manera en que los
vecinos de una ciudad relativamente grande como Boston (cuatro y medio millones
de almas) acataron el toque de queda impuesto para dar con Tsarnaev, lo que
demuestra que cualquier estrategia de seguridad pública que no cuente con la
colaboración de la sociedad, está condenada a fracasar. ¿También en México
podríamos lograr estas reacciones y colaboraciones? ¿Qué tendríamos que hacer
para lograrlo?
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