Excelsior
Sábado 17 de agosto de 2013
Manuel Gómez Granados.
A mediados de esta semana,
investigadores de El Colegio de México encabezados por Silvia Gómez Tagle
circularon los resultados de una encuesta que elaboraron el año pasado, en el
contexto de las elecciones presidenciales. La encuesta ofrece un análisis
detallado de las diferencias entre jóvenes y adultos en materia de cultura
política. Deja ver, por una parte, el “triunfo cultural” de las televisoras
mexicanas que han alienado a más de la mitad de las jóvenes mujeres mexicanas,
ya que para ellas es más importante seguir las telenovelas que enterarse de lo
que ocurre en materia política y económica, pues sólo 5 de cada 10 jóvenes leen
diarios; y no es por no tener dinero. Ni siquiera leen los diarios que ofrecen
sus contenidos de manera gratuita. Y los jóvenes que sí leen periódicos dedican
la mayor parte del tiempo a las secciones deportivas (47.20% de varones y 12.5%
de mujeres), policiacas (21.7% de varones y 30.7% de mujeres) y de espectáculos
(2.40% de varones y 13.8% de mujeres). Los resultados ofrecen un atisbo de lo
que podría ser el futuro de México, aunque es justo reconocer que muchos
jóvenes son participativos, críticos y generosos.
Que
muchos jóvenes sean así se explica al considerar a los adultos que la encuesta
incluyó para comparar: Seis de cada 10 adultas dicen que sus programas
favoritos son las telenovelas y para cuatro de cada 10 adultas la nota roja es su
sección favorita.
Somos un país en el que 32% de
los jóvenes se dicen ajenos a ideologías o partidos y, quizás por eso, aceptan
con realismo (o cinismo) lo que los partidos les ofrecen a cambio de sus votos.
Y no participan en organizaciones civiles, religiosas o de otro tipo y tienen problemas
para articular sus voces.
La Internet no tiene efectos positivos.
Dicen los autores del estudio: “A
pesar de la popularidad alcanzada por los medios interactivos como redes
sociales, páginas Web y correos electrónicos, la confianza que se deposita en
ellos es menor. También esto puede atribuirse a que no todos los jóvenes tienen
acceso directo y cotidiano a estos medios, ni manejan las destrezas necesarias
para utilizarlos en todas las opciones que ofrecen. Internet, las páginas de
Facebook, Twitter, redes sociales y similares, páginas Web de candidatos,
despiertan confianza sólo entre 23 y 24% de los entrevistados.”
Es
una generación que enfrenta problemas pero que no logra darse cuenta,
probablemente porque no se le ha enseñado a hacerlo, de que esos problemas tienen
su origen en lo que se hace o no en materia política. Los autores de la
encuesta señalan:
“Lo
que se desprende en términos generales de la encuesta es que las redes
familiares y sociales (no relacionadas con las Tecnologías de la Información y
la Comunicación) juegan un importante papel en cómo se construye la percepción
sobre partidos, instituciones electorales y gobierno. El deterioro del entorno
y la carencia de empleo se encuentran entre las preocupaciones más importantes,
pero no asocian la solución de estos temas con la participación electoral.”
Que
no puedan establecer ese vínculo es parte del legado de medios preocupados sólo
por el lucro, que no alientan siquiera la participación en ligas deportivas
locales, pues sólo 2 de cada 10 jóvenes participan en alguna organización
deportiva o artística. ¿Y los grupos de las iglesias? Esos atraen a uno de cada
10 jóvenes a sus filas. Incluso en ese rubro estamos en bancarrota en México.
Urge formar la conciencia social y ciudadanos participativos.
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