Manuel Gómez Granados
Como cada tres años, la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económicos hizo públicos el 3 de diciembre los resultados de la
prueba PISA. A diferencia de ENLACE y otros exámenes estandarizados que se
aplican en México, PISA es una prueba muestral, es decir, no la presentan todos
los jóvenes, sólo un número suficiente para medir su desempeño, y el de los
sistemas educativos de los países o regiones administrativas que participan de
este estudio.
Los resultados publicados recientemente corresponden a la
prueba presentada a principios del año pasado, que estuvo centrada en la
sección de PISA que mide la capacidad de los jóvenes para razonar
matemáticamente. PISA cuenta, además, con otras dos pruebas: una que mide la
capacidad de los jóvenes para leer y comprender textos y otra más que mide su
capacidad para aplicar los conocimientos científicos que adquieren en el aula a
problemas prácticos, concretos.
Los resultados que se dieron a conocer el martes 3 de
diciembre, no sorprendieron en realidad a nadie. En los primeros lugares
se encuentran varios países asiáticos y regiones administrativas de China, como
Hong Kong, que ya desde hace varios años tienen muy buenos desempeños en PISA y
otras pruebas. En América, Canadá es quien se lleva las palmas. En Europa son
Finlandia, Dinamarca, Holanda y Alemania quienes marcan la pauta, junto con las
muy notables historias de éxito de Polonia y Lituania.
Entre los fracasos están países como Estados Unidos, y
—lamentablemente— México, además de otros países de América Latina como
Argentina y Uruguay, que han perdido las ventajas que conquistaron a finales
del siglo, cuando fueron los primeros
países de América Latina en erradicar el analfabetismo. Esta prueba evidencia
los resultados de inequidades en la educación, por ejemplo, los buenos
resultados de Finlandia, Austria, Alemania, Noruega y el Reino Unido están
relacionados con la menor desigualdad que los distingue.
Otro dato que nos ofrece PISA 2012 es que en el caso de
la prueba de matemáticas, los estudiantes de familias marginadas tienen mayores
problemas de desempeño en esa área de conocimiento. Esto es algo que la OCDE
relaciona con problemas de confianza de los jóvenes en ellos mismos al señalar
que “los resultados de la prueba PISA también indican que el interés, la
motivación y la confianza en sí mismos son esenciales para que los estudiantes
logren hacer realidad sus capacidades”. El resumen ejecutivo se puede consultar
en http://www.oecd.org/pisa/keyfindings/pisa-2012-results-overview.pdf.
Dado el muy mal resultado en PISA matemáticas 2012, pues
apenas se lograron 413 puntos, cuando el promedio los países participantes fue
de 494, sería bueno preguntarnos qué tanto facilitamos que los jóvenes
mexicanos tengan suficiente confianza en sí mismos al enfrentar los retos que
se les plantean como parte de su educación y revisar en serio y a fondo las
protestas y demandas del magisterio, así como las recientes declaraciones del
gobierno Federal para avanzar en una reforma educativa estructural. El problema
de la educación también es una cuestión de asignación de recursos, pues aunque
se destinen grandes partidas para la capacitación de docentes, se sabe que
estos recursos se dispersan en el camino entre cúpulas
sindicales y magisteriales. Cualquier cambio en la educación tendría que
reflejarse en mejores resultados en el aprendizaje de niños y jóvenes, lo demás
es prosa.
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