Los medicamentos antimicrobianos desempeñan un papel fundamental en el
tratamiento de enfermedades y su uso es fundamental para proteger tanto la
salud humana como la animal. Sin embargo, las sustancias antimicrobianas suelen
utilizarse indebidamente para tratar y prevenir enfermedades en el sector
ganadero, acuícola y en la producción agrícola. Estas acciones suelen estar
asociadas con el riesgo potencial de aparición y propagación de microorganismos
resistentes a los antimicrobianos.
La resistencia a los antimicrobianos es un problema mundial importante
de salud pública y animal que genera una creciente preocupación. El riesgo
parece ser especialmente elevado en países en los que la legislación, la
vigilancia normativa y los sistemas de seguimiento de la resistencia a los
antimicrobianos son insuficientes o inadecuados. Ésta es la razón por la cual
la FAO desempeña un papel clave en apoyar a los gobiernos, productores,
comerciantes y otras partes interesadas para adoptar medidas que minimicen el
uso de los antimicrobianos y prevenir el desarrollo de la resistencia a éstos.
La FAO trabaja en la resistencia a los antimicrobianos con sus socios
internacionales en el Tripartito (una asociación entre la FAO, la OMS y la OIE)
y también con otros socios, según proceda.
La
FAO
insta a la adopción de un enfoque de “Una salud” y “cadena alimentaria” y está
abordando la resistencia a los antimicrobianos como un asunto intersectorial
porque las sustancias antimicrobianas:
Pueden propagarse a través de nuestros alimentos.
Se utilizan habitualmente en la producción acuícola y ganadera.
Se utilizan en la producción agrícola, de forma específica los antifúngicos.
Para prevenir la resistencia a los antimicrobianos y como parte de sus esfuerzos para reducir el hambre la FAO ayuda a los países a desarrollar y promover:
Buenas prácticas de higiene para controlar la propagación de la resistencia a través de los alimentos.
Atención al riesgo de resistencia a los antimicrobianos en el Codex Alimentarius.
Cría eficiente de ganado para contar con animales más saludables y productivos.
Directrices para la utilización moderada de antimicrobianos en la acuicultura.
Buenas prácticas de gestión y salud animal, incluyendo la mejora de la bioseguridad y el uso de vacunas en lugar de medicamentos antimicrobianos.
Políticas y capacidades para el uso responsable de sustancias antimicrobianas.
Enfoques de gestión sanitaria que reconozcan los vínculos entre animales, seres humanos y ecosistemas.
Estas medidas ayudan a retrasar el desarrollo y la expansión de la resistencia a los medicamentos veterinarios esenciales.
Problemas de la resistencia a los antimicrobianos
La resistencia a los antimicrobianos representa una creciente preocupación mundial para el sector agrícola. Los mismos microbios que provocan infecciones y enfermedades se están haciendo resistentes a los medicamentos antimicrobianos debido a su sobreexplotación, utilización indebida y las falsificaciones. Cuanto más se abuse de estos fármacos, mayor es la probabilidad de que los microbios se hagan resistentes, poniendo en riesgo al ganado y los medios de vida.
Actualmente sólo hay unas pocas redes acreditadas que recopilan y proporcionan con frecuencia datos relevantes sobre la resistencia a los medicamentos. Algunos países carecen de laboratorios que puedan identificar con precisión a los microorganismos resistentes. Esto reduce la capacidad de detectar microorganismos resistentes y tomar medidas inmediatas. Del mismo modo, no se han investigado suficientemente nuevos diagnósticos para la detección de microorganismos resistentes, ni vacunas para la prevención y control de infecciones. Si esta tendencia continúa, las herramientas para combatir a los microorganismos resistentes pronto se agotarán.
El uso moderado de sustancias antimicrobianas en la ganadería y el sector acuícola resulta esencial dada de la creciente demanda de proteínas animales por parte de una población mundial que crece rápidamente y que se prevé que supere los 9 600 millones de personas en 2050. Intensificar la producción implica retos adicionales en la gestión de enfermedades y un potencial aún mayor de incremento de la resistencia a los antimicrobianos.
La resistencia a los antimicrobianos puede abordarse trabajando codo a codo con veterinarios, agricultores, productores de piensos y alimentos, y profesionales de la inocuidad alimentaria, para apoyar las mejores prácticas de sanidad y producción animal que respalden una utilización razonable de las sustancias antimicrobianas.
Por todas estas razones, resulta necesaria una acción mundial concertada para abordar la resistencia a los antimicrobianos.
La

Pueden propagarse a través de nuestros alimentos.
Se utilizan habitualmente en la producción acuícola y ganadera.
Se utilizan en la producción agrícola, de forma específica los antifúngicos.
Para prevenir la resistencia a los antimicrobianos y como parte de sus esfuerzos para reducir el hambre la FAO ayuda a los países a desarrollar y promover:
Buenas prácticas de higiene para controlar la propagación de la resistencia a través de los alimentos.
Atención al riesgo de resistencia a los antimicrobianos en el Codex Alimentarius.
Cría eficiente de ganado para contar con animales más saludables y productivos.
Directrices para la utilización moderada de antimicrobianos en la acuicultura.
Buenas prácticas de gestión y salud animal, incluyendo la mejora de la bioseguridad y el uso de vacunas en lugar de medicamentos antimicrobianos.
Políticas y capacidades para el uso responsable de sustancias antimicrobianas.
Enfoques de gestión sanitaria que reconozcan los vínculos entre animales, seres humanos y ecosistemas.
Estas medidas ayudan a retrasar el desarrollo y la expansión de la resistencia a los medicamentos veterinarios esenciales.
Problemas de la resistencia a los antimicrobianos
La resistencia a los antimicrobianos representa una creciente preocupación mundial para el sector agrícola. Los mismos microbios que provocan infecciones y enfermedades se están haciendo resistentes a los medicamentos antimicrobianos debido a su sobreexplotación, utilización indebida y las falsificaciones. Cuanto más se abuse de estos fármacos, mayor es la probabilidad de que los microbios se hagan resistentes, poniendo en riesgo al ganado y los medios de vida.
Actualmente sólo hay unas pocas redes acreditadas que recopilan y proporcionan con frecuencia datos relevantes sobre la resistencia a los medicamentos. Algunos países carecen de laboratorios que puedan identificar con precisión a los microorganismos resistentes. Esto reduce la capacidad de detectar microorganismos resistentes y tomar medidas inmediatas. Del mismo modo, no se han investigado suficientemente nuevos diagnósticos para la detección de microorganismos resistentes, ni vacunas para la prevención y control de infecciones. Si esta tendencia continúa, las herramientas para combatir a los microorganismos resistentes pronto se agotarán.
El uso moderado de sustancias antimicrobianas en la ganadería y el sector acuícola resulta esencial dada de la creciente demanda de proteínas animales por parte de una población mundial que crece rápidamente y que se prevé que supere los 9 600 millones de personas en 2050. Intensificar la producción implica retos adicionales en la gestión de enfermedades y un potencial aún mayor de incremento de la resistencia a los antimicrobianos.
La resistencia a los antimicrobianos puede abordarse trabajando codo a codo con veterinarios, agricultores, productores de piensos y alimentos, y profesionales de la inocuidad alimentaria, para apoyar las mejores prácticas de sanidad y producción animal que respalden una utilización razonable de las sustancias antimicrobianas.
Por todas estas razones, resulta necesaria una acción mundial concertada para abordar la resistencia a los antimicrobianos.
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